El término hauntología –traducida a veces como espectrología– viene del francés hantologie, formada de hanté (“encantado, embrujado, espectral, fantasmal”) y ontología. Lo describe originalmente Derrida como un rasgo muy particular de nuestra época en el que ideas, figuras conceptuales (fantasmas) asedian (to haunt) nuestro presente, o nuestra forma (actual-izada) de entendernos ontológicamente: no desde el propio presente, pero desde puntos lejanos, alejados, extremos o marginalizados de la historia.
La espectrología retrata una obsesión.
Obsesión– hostigar, asediar. Obsessio, -onis ("asedio"). Osideō, obsidēre ("sitiar, hostigar"). Compuesto de ob ("antes") y sedeō, sedēre ("sentarse").
Asediar es una forma de «estar» en un lugar sin «ocuparlo».

Hablamos de fantasmas o en términos fantasmales cuando nos referimos a las condiciones que pesan sobre nosotros y que son generadoras de nuestras tendencias– pesan como una pesadilla sobre nuestra psique, nos persiguen, nos embrujan, nos hauntean.
La hauntología en el sentido en la que fue concebida es el estudio de la ausencia, del vaciamiento y del vacío.

Mark Fisher habla de la hauntología como el concepto que recoge «el hecho de que nada goza de una existencia en positivo (en-sí-misma). Todo lo que existe es posible únicamente sobre la base de una serie de ausencias, que lo preceden, lo rodean y le permiten poseer consistencia e inteligibilidad».
Los fantasmas tensan el tiempo desde tanto el pasado como el futuro, son recordatorio y testigo de la inaccesibilidad e inagotabilidad de ambos.

Como comenta Martin Hägglund, los fantasmas no pueden estar completamente presentes: no son seres en sí mismos pero señalan una relación con lo que ya no es más o con lo que todavía no es.

El presente “ya es” un ausente
La temporalidad a la que están sujetos los fantasmas es paradójica, ya que a la vez 'regresan' y hacen su debut como aparición.
La aparición de un fantasma es siempre inesperada, porque su temporalidad es paradójica. “Regresan” y a la vez hacen su debut como aparición.
Fantasmagoria