Los espíritus normalmente se manifiestan en el lugar en el que han muerto.
El espíritu de la primera persona que fue enterrada en un cementerio se aparecerá en él.
Un antiguo rito en Europa occidental consistía en sacrificar a una persona cuando se establecía un nuevo cementerio, enterrándola en él, asegurándose de que éste poseería su propio guardián.